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Conoce la Terapia Gestalt

  Dos pilares tiene la Gestalt. Uno la ATENCIÓN o la CONCIENCIA, el hacerse consciente, lo que llamaba a veces Perls, (...) “the secret of awareness”, “el secreto de...(no me gusta “el darse cuenta”, que es la traducción chilena de esto, que se ha generalizado), “el secreto de percatarse”, de la toma de conciencia, de la conciencia digamos. El hecho de que si te pones el espejo ante ti mismo, ya no vas a estar repitiendo, si te ves, cambias, si tomas conciencia, la conciencia en sí ya tiene un valor movilizador y transformador. No la conciencia intelectual, sino el sentir tu cuerpo, el sentir tus emociones. No el tener que medirte la glucosa para saber que tienes hambre, sino saber que tienes hambre, vivenciar directamente lo que hay. Eso es un cincuenta por ciento de lo que el paciente hace en Gestalt, poner atención.

  

El otro pilar de la Gestalt es la ESPONTANEIDAD, Perls era un neotaoísta y a veces usaba la palabra Tao, otras veces usaba el término científico AUTORREGULACIÓN ORGANISMICA. (...) Y me parece una frase excelente porque significa una fe, no solamente un hecho, sino que es una fe de que uno no necesita ser su propia policía, decirse que haga tal cosa buena, sino una fe de que uno se autorregula sin esa intención extra. Es una fe de que si uno se deja ir -” déjate ir”-, esa espontaneidad no va a redundar en caos sino que se va a  autoorganizar aunque sea caótica en el momento.

  La mitad de la Gestalt es “pon atención”, la otra mitad es “déjate ir”, y ese déjate ir se puede traducir en el lenguaje existencial como:  “sé tú mismo; deja, no te obstruyas a ti mismo, no te falsees”.

 (Esa es la parte del paciente; la parte del terapeuta será la “confrontación” de lo neurótico y el “apoyo” de lo auténtico)

  Es una terapia conductual de reforzamiento de la esencia y de refuerzo negativo o extinción de lo neurótico. (...)

 Y el quinto elemento más allá de estos cuatro (refuerzo e inhibición por parte del terapeuta  y espontaneidad y conciencia del paciente) es el reconocimiento de un elemento de contagio, de creer que la relación misma es terapéutica, si es que uno es alguien. Si el terapeuta ha llegado a un cierto nivel de salud, de autenticidad, basta que esté en relación para que eso produzca un efecto terapéutico. De modo que Perls al final de su vida decía: “yo no soy responsable de ti, yo soy responsable de mí. Y si yo soy responsable de mí, tú vas a ser responsable de ti”.

 

(Claudio Naranjo: “Gestalt de vanguardia”)